Evita la malnutrición en el cambio entre la leche materna y la comidita complementaria
Por ejemplo, respecto a las recomendaciones de ingesta de nutrientes que dicta la Organización Mundial de la Salud, los bebés de 6-8 meses pueden estar teniendo faltas de entre un 30 y un 80% para muchos nutrientes como el calcio, hierro, zinc o niacina.
Y es que el impacto de estas deficiencias es muy directo, por ejemplo bajos aportes de calcio podrían afectar el fortalecimiento de los huesos y de esta forma afectar el proceso de crecimiento. O los bajos niveles de hierro o zinc incidir sobre las capacidades de defensa del cuerpo.
Esta brecha que existe entre la leche materna y la alimentación complementaria puede ser mejorada con alimentos que brinden nutrientes agregados, o sea con alimentos fortificados.
Durante el segundo semestre de vida, la leche materna cubre cerca del 75% de las necesidades de energía y nutrientes, de manera que cualquier alimento con el que se complemente la alimentación debe ser denso en nutrientes para cumplir con su objetivo, los cereales infantiles cumplen esta característica, por ejemplo Nestum®, en una porción pequeña brinda mucha energía y está fortificado con nutrientes críticos para el desarrollo del bebé.
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