La televisión: el falso amigo de los bebés
Podemos encontrar cadenas de televisión para bebés: ¡ofrecen programas pensados para cautivar a los pequeños telespectadores desde los 6 meses! Antes de tirar la televisión a la basura o de convertirla en la nueva niñera de tu retoño, conviene analizar sus pros y sus contras.
¿Quién mira demasiado la tele?
A menos que tu hijo sea muy pequeño, es posible que un día en que ya no podás más “le hayas plantado delante de la televisión”. Quizás así se calme, se duerma, se quede hipnotizado el tiempo suficiente para que puedas terminar un par de cosas urgentes...¡Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra! No hay que culpabilizarse en exceso, pero tampoco es bueno que una solución de emergencia se convierta en una costumbre. Todos los padres juran y perjuran que se trata de una medida excepcional, pero las encuestas sobre el tema ponen de manifiesto una cosa curiosa: todos los padres creen que su hijo ve menos la televisión que los hijos de los demás…
Y los demás, en el caso de la televisión, son los americanos, los mayores consumidores de televisión del mundo, los precursores de todas las malas costumbres... Lo cierto es, sin embargo, que hay niños americanos que no ven nunca la televisión y otros niños que están todo el día pegados al televisor. Veamos las cifras que nos ofrecen los estudios más recientes sobre la cuestión, que nos llegan desde el otro lado del Atlántico (Academia Estadounidense de Pedopsiquiatría): el 40% de los niños ve la tele desde los 3 meses y el 90% desde los 24 meses; la edad media de iniciación en este medio son los 9 meses. Pero, ¿a qué ritmo? una hora al día antes de cumplir 1 año y una hora y media a partir de los 2 años. Según los padres, el objetivo no es conectarlos a una “niñera electrónica” (para disfrutar de un poco de paz), sino que aprendan con los programas educativos... ¡Hemos llegado a la raíz del problema!
Educación, desarrollo, una ventana al mundo: todos juntos delante del televisor
Estas nuevas televisiones pensadas para los más pequeños de la casa reivindican alto y claro su función educativa, su papel en el desarrollo de los niños. Programas especialmente adaptados, lúdicos, pensados específicamente para su edad y, sobre todo, que permiten compartir la televisión con los padres, un “intercambio” que estimula el diálogo y la comunicación. Ninguno de los defensores de la televisión para bebés recomienda dejar a un niño pequeño delante de la pantalla solo durante horas...Pese a esta advertencia, raras veces ponemos a nuestros pequeños delante del televisor y nos sentamos a su lado para disfrutar con ellos de las aventuras de una osa vestida con un delantal floreado en su mundo color de rosa o de un amable pato con un babero azul haciendo bromas a sus pequeños amigos...
Según el mismo estudio estadounidense, el 68% de los padres deja a su hijo solo frente al televisor. Médicos, psicólogos, educadores, todos coinciden en que la mediación de los padres es fundamental para controlar y utilizar de una forma “inteligente” la pequeña pantalla.
Es como si todas las cadenas nos dijeran: “la televisión está bien para el bebé si la mira contigo”, murmurándonos dulcemente al oído al mismo tiempo: “la televisión está bien porque entretiene al bebé y te deja tiempo... ". Además, hay programas que se emiten las 24 horas del día, especialmente pensados para los bebés que no logran conciliar el sueño por la noche. Sin embargo, mejor no mezclar las cosas: si tienes insomnio, no hay problema en que te acuestes en el sofá delante de la televisión, pero si tu pequeño llora por la noche y confías en la televisión para que se duerma, entonces corres el riesgo de entrar en una espiral desastrosa.
Moverse es el mejor estímulo
No cabe duda de que los programas de las cadenas especiales para bebés son más interesantes que la avalancha de imágenes descontroladas y totalmente inadecuadas que ofrece la televisión normal. Sin embargo, el argumento de que estos programas estimulan el desarrollo de la inteligencia de los bebés plantea bastantes dudas a los especialistas. “A esta edad —asegura Arlette Streri, Profesora de la Universidad Paris-Descartes— los bebés no pueden ver la profundidad de campo. La televisión les muestra imágenes bidimensionales que su cerebro no puede analizar.” Según el Psicoanalista Serge Tisseron, el niño empieza a entender y a reconocer lo que ve en la pantalla cuando tiene alrededor de 2 años o 2 años y medio.
Asimismo, todos los especialistas en educación infantil coinciden en afirmar que la vida real ofrece a los bebés suficientes estímulos para desarrollarse, mucho más ricos, complejos y atractivos que las imágenes de la televisión. Explorar el mundo con todos los sentidos, moviendo su cuerpo, es absolutamente imprescindible para su desarrollo psicomotriz. La televisión, que sólo hace trabajar la vista y el oído, es mucho más limitada en este aspecto. Y eso, claro está, lo sabes perfectamente, porque precisamente este es el objetivo que a menudo perseguimos al ponerlo delante del televisor: ¡neutralizar el revuelo que arma por toda la casa! Así estará un rato tranquilo, dices para tus adentros cuando enciendes el televisor, y yo podré descansar cinco minutitos...
En resumen, un programa para bebés de vez en cuando y en pequeñas dosis, a una edad en que el niño pueda entender lo que ve (esto es, no antes de los 2 años), por qué no, pero la televisión como niñera, bajo ningún concepto.
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