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Crío a mi hijo solo/a

Actualmente, criar a un hijo solo se ha convertido en algo común. Con todo, sigue constituyendo una auténtica aventura.

5 minutos leer Nov 25, 2015

El fenómeno no es nuevo

Desde hace mucho tiempo, hay viudos y viudas, madres solteras y mujeres separadas o abandonadas por sus maridos, padres divorciados que tienen que soportar solos toda la carga de su descendencia. Sin embargo, para los niños pequeños, el patrón dominante es y sigue siendo "papá con mamá". Es cierto que este modelo sigue siendo el de la mayoría de parejas, casadas o no. Los psicólogos recalcan lo evidente: dos padres es mejor que uno. Entonces, ¿cómo se afronta la situación cuando es "papá sin mamá" o "mamá sin papá"?

¿Existe una familia monoparental ideal?

Al ir a buscar a tu hijo a la guardería, pronto descubres que, como tú, hay otros padres "solos", una amplia categoría que puede abarcar realidades diferentes: divorciados, separados, viudos y solteros. La monoparentalidad está aumentando hasta tal punto que podría convertirse en la norma. ¿Qué hacemos entonces con el modelo que define roles distintos para el padre y para la madre, es decir, un padre educador que encarna la autoridad y una madre dedicada por completo a su hijo en los primeros años de su vida? En realidad, criar solo a un hijo ya no es una situación reservada a las viudas de guerra o las madres solteras. Aunque, en el 85 % de los casos, es la madre quien se encarga de los niños, el número de padres no casados que viven con sus hijos va en aumento. Es una aventura de hoy día, una aventura solitaria, que sigue a un divorcio o a una separación. Ahora tienes que encargarte tú solo/a de la compra, llevar al niño a la guardería y recogerlo después, ir al trabajo, hacer las tareas del hogar, etc., pero eso no significa que vayas a estar siempre solo/a. Porque, aunque no estés seguro o segura de ser un buen marido o una buena esposa para toda la vida, padre o madre lo vas a ser por fuerza. El vínculo filial es inalterable y es lo que parece garantizar la supervivencia de la familia.

Sin embargo, la realidad es más complicada, sobre todo cuando la separación se produce antes o justo después del nacimiento del niño. No es fácil compartir la custodia, (ya que requiere que el ex cónyuge viva cerca), pudiendo rayar el surrealismo durante la lactancia.

¿Soy una buena madre? ¿Soy un buen padre?

El individuo monoparental suele plantearse si realmente está haciendo lo correcto, le asaltan las dudas y a menudo le invade la culpabilidad. A lo mejor, debería hacerse otro tipo de preguntas. Por ejemplo, ¿qué es mejor para el niño: ¿Dos malos, o uno bueno? ¿Dos padres pueden acabar creando más problemas que uno solo?

El temor al que se enfrenta el padre o la madre solo es el de no ser capaz de asumir alternadamente y simultáneamente el papel de padre y el de madre a la vez, pasar a tener que ocupar ambos roles a la vez. No hay por qué preocuparse, porque realmente no te hará falta imponer tu autoridad frente a un lactante.

Es normal que la tuya sea una relación simbiótica. No le des más vueltas, porque ya tienes bastantes preocupaciones, ¿no? Ahora bien, desearías no tener que encargarte de hacer las compras, de hacer frente a las otitis y a las noches en vela... Por desgracia, no tienes derecho a darte por vencido/a, a lamentarte de tu mala suerte o a quejarte de nada. Tienes que aprender a conciliar tu papel de madre o padre con tu vida profesional. Es agotador y hace falta mucho valor. No puedes flaquear en ningún momento, porque tienes que ocuparte de tu pequeño. ¡Superwoman o Superman, eso es lo que eres! De todos modos, no es bueno guardárselo todo dentro. Tienes que hablar de tus dificultades y de los momentos en que sientes que pierdes el ánimo. Te sorprendería descubrir lo frecuentes que son estos sentimientos entre la gente que te rodea.

Te toca inventar nuevos modelos

Que sea difícil y complicado no quiere decir que vayas a educar a futuros delincuentes. Si el niño tiene algún problema en la guardería, no tiene por qué tener relación con el hecho de que no haya ningún papá en casa. Desconfía del discurso de los psicólogos que atribuyen la causa a tu situación. ¡Sería como decir que todas las viudas de una guerra engendran delincuentes! Precisamente, sobran ejemplos de familias monoparentales que han educado sin problemas a sus hijos. Sin ir más lejos, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Sus padres se separaron cuando él tenía tan sólo 2 años, tras lo cual quedó a cargo de su madre, personaje central en su vida. Idealiza a su padre ausente y por ello sufrirá una crisis de adolescencia, pero sabrá reponerse.

Ofrece a tu hijo modelos con los que se pueda sentir identificado. De todos modos, aún es muy pequeño para eso, pero dentro de pocos años encontrará seguramente en la mitología, en los cuentos de hadas, en los relatos iniciáticos, personajes muy parecidos que alimentarán su imaginación. La mayoría de los héroes tienen infancias idílicas o fuera de lo normal: Que no te críen igual que a todo el mundo puede ser un punto fuerte, no lo olvides.

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