
Jugar es bueno para el cuerpo y para la mente
Aprende cómo fomentar la actividad física en los más pequeños con consejos prácticos y divertidos
Tu pequeñín está desbordante de energía desde la mañana hasta la noche; le encanta jugar y descubrir cosas nuevas. Esto supone por tu parte una atención constante, a fin de limitar los pequeños accidentes de todo tipo; pero da gusto ver una actividad tan entusiasta, puesto que demuestra un buen desarrollo psicomotriz.
Detengámonos unos instantes en la importancia del juego durante la primera infancia y repasemos algunas ideas que te ayudarán a diversificar el entretenimiento.
A cada edad, sus descubrimientos
Desde que es muy pequeño, al bebé le gusta jugar y, sobre todo, descubrir nuevas maneras de divertirse. A los 3 meses, se ríe a carcajadas cuando juegas con él a taparte la cara y a aparecer de golpe.
Cuando tiene unos 7 u 8 meses, su nuevo juego es tirar un juguete al suelo ocho veces seguidas: ¡le hace tanta gracia verte recogerlo una y otra vez! También le encanta jugar al caballito sobre tus piernas o hacer que se caigan las torres de cubos.
Entre los 9 y 10 meses, suele empezar a andar a gatas. Es entonces cuando se abre ante él un terreno de juegos extraordinario: por primera vez puede tocar todo lo que quiere y empieza a agarrarse a los muebles para ponerse de pie.
El desarrollo de la motricidad mejora sus capacidades físicas (equilibrio, agilidad, tonicidad) así como su capacidad sensorial y la confianza en sí mismo.
¡Ven a jugar conmigo!
Hacia los 6 meses de edad, un bebé solo puede prestar atención durante unos minutos. Le encantan las marionetas y el juego en el que te tapas la cara y apareces de golpe, pero no sirve de nada que jueguen a lo mismo durante horas, ya que lo cansaría.
Cuando tiene unos 2 años, es capaz de concentrar su atención durante más tiempo, a condición de variar constantemente de juego y de proponerle nuevas opciones. Piensa en alternar actividades tranquilas con actividades más intensas.
No olvides tampoco los tiempos de pausa para que no se pase de revoluciones.
A los niños de esa edad les encanta jugar con todo lo que encuentran. Lo que más les gusta es dar golpes sobre los cubos con una cuchara de madera o jugar a las comiditas.
¿Quieres una idea divertida para desarrollar su agilidad? Construye un recorrido de obstáculos con pequeños bloques de espuma, cojines y juguetes. Los juegos con pelotas, la piscina, el escondite, el triciclo y después la bicicleta también son juegos que favorecen la psicomotricidad y se adaptan de maravilla a esta edad.
¡Viva el deporte para bebés!
A partir de los 2 ó 3 años (incluso del año para determinadas actividades), tu hijo puede empezar a hacer deporte adaptado para bebés. Esta es una buena manera de canalizar su energía fuera de casa, siempre que haya algún sitio cercano que proponga este tipo de actividades.
No se trata de un deporte propiamente dicho, sino de un aprendizaje corporal a través de un conjunto de juegos y actividades adaptadas a los más pequeños.
El objetivo de estas sesiones no es convertir a tu bebé en un atleta, sino ayudarle a tener gestos más hábiles y precisos. De esta manera, desarrollará su equilibrio, su coordinación y su capacidad de reacción, así como la confianza en sí mismo, el respeto hacia los demás y el espíritu de equipo.
Pequeños músculos en marcha
Anima a tu pequeño aventurero a realizar actividades físicas. Los juegos físicos tienen un impacto positivo en su desarrollo y también en su autoestima, su estado de ánimo, su bienestar y, sobre todo, en su crecimiento feliz.
Hay un mundo de posibilidades para mantenerlo activo: practicar deportes, bailar, hacer senderismo o jugar al aire libre.
Recomendaciones de actividad física
La actividad física moderada se recomienda para todas las personas sanas, independientemente de su edad. Algunos beneficios de la práctica de actividad física regular incluyen:
- Contribuye a mantener un peso corporal adecuado.
- Ayuda a la salud de los huesos.
- Reduce el riesgo de depresión.
- Facilita las tareas diarias.
- Disminuye el riesgo de enfermedades del corazón y diabetes.
La actividad física debe ser concebida desde la infancia como parte normal de la dinámica familiar. Para los bebés, la actividad física debe enfocarse en el desarrollo de habilidades motoras, mientras que para los preescolares, se recomienda realizar 60 minutos de actividades de moderada intensidad.
Ejercicios con niños pequeños: trucos inteligentes para mamá
- Divide el ejercicio en partes pequeñas; incluso hacer 10 minutos al día es una manera fabulosa de comenzar.
- Busca apps y videos en línea de rutinas cortas de ejercicio que puedes hacer cuando te acomode.
- Camina o anda en bicicleta siempre que puedas para integrar el ejercicio a tu rutina cotidiana.
- Juega con tu niño pequeño; no hay nada mejor que jugar a “las traes” para elevar tu ritmo cardiaco.
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